domingo, 20 de mayo de 2012

Cartas a Pluma y Enviadas con Lechuzas

Me encanta la tecnología, no lo voy a negar. Estudio Telecomunicaciones y las nuevas tecnologías y formas de comunicación ahora mismo es lo único que me mantiene cerca de mi familia.

Soy de esas personas que confían en la ciencia, que creen que algún día podemos aprender idiomas tomándonos una pastilla pero, a pesar de esto, soy una persona muy tradicional.

Prefiero los botones a lo táctil; prefiero que una videoconsola sea eso y no un ordenador; opino que las discusiones no se hacen a través de un chat, que las cartas de perdón no se escriben en un email y que las declaraciones de amor no se realizan en una videollamada. Creo que algo tan importante no hay que hacerlo detrás de una pantalla porque, por mucho que pongas un emoticono sonriente, nunca sabrás si de verdad esa es la cara que está poniendo detrás del ordenador; porque nunca sabrás si ese email lo leerá; porque nunca tendrá demasiada resolución la cámara como para saber que expresa sus ojos.

Soy de esas personas que utiliza un blog como medio de desahogo y no como medio para decir algo a alguien. Yo no escribo para alguien, yo escribo para nadie.

Seguiré manteniendo mis principios, tanto aquí como en Twitter: Lo que escribes nadie lo lee, lo escribes para todo el mundo, pero para nadie en general. No tengo que cuidar mis palabras, porque no tengo que cuidar a quien lo lea. A mi nadie me lee, a ti nadie te lee, lo que pones simplemente se queda en otra dimensión flotando. La gente que escribe para alguien, que sabe que hay alguien siguiendo sus palabras son los que tienen el centro de gravedad en ellos y yo, no lo tengo.


No hay que confiar en lo que se escriba en un blog, no hay que creer ciegamente en lo que se escriba en un blog, no hay que suponer que lo que se escriba es lo que yo siento porque, ¿esta entrada cuando se escribió? ¿quién está detrás de la pantalla? ¿compartirá el blog con alguien más? ¿y si el blog es de otra persona y yo simplemente lo he enlazado?

No hay que dejar algo tan importante como el significado de las palabras a un ordenador.

sábado, 5 de mayo de 2012

¿Qué dicen mis ojos?

¡Diana, Diana!  entro corriendo a la Sala de Mandos de la Nave Nodriza.
¿Qué ocurre, guardia?  me pregunta con desprecio, como solo ella sabe hacer.
Mi Reina, estaba haciendo mi ronda por la ciudad  intento explicar con la respiración agitada, un humano me ha parado  y me ha preguntado si me ocurría algo. ¡Qué lo notaba en mis ojos! ¿Qué signif...
¡GUARDIAS!  grita ella sin dejarme terminar la frase. Llevaros a este traidor de mi vista.
¡No! ¡Mi Reina, NO! -intento explicarle que no pertenezco a la Quinta Columna.
¡Desterradlo! Que vague por la galaxia eternamente  la oigo decir cuando, arrastrado por dos guardias, cruzo la puerta y un grito desgarrador atraviesa mi garganta.

viernes, 4 de mayo de 2012

Retiemblan mis Cimientos


Los cimientos empezaron a temblar.
Vi como la cúpula se agrietaba,
vi como los archivadores se movían,
vi como se abría un túnel directo a mi corazón.
Luego llegó la calma, pero todo en mi estaba en alerta.
Evalué los daños y comprobé que solo era un pequeño sismo.
Pero luego llegó la réplica.
Sin poder hacer nada vi como todo venía hacia mi,
la cúpula se hizo en mil añicos,
los archivadores se me echaban encima mientras yo los intentaba sujetar,
sin darme cuenta dejé a mi corazón solo.
La seguridad ha vuelto a fallar,
estoy volviendo a sentir,
voy a empezar a llorar.



Mucho he hablado de mi y poco me han creído. Siempre me toman por la chica que siempre está soltando tonterías, que nada se toma en serio, incluso su propia vida. La gente me ve por esa persona que sólo habla de Harry Potter y la que se refiere a si misma como un Alien. Soy esa amiga que los demás piensan que no pueden confiar, y eso me ofende. Soy Hufflepuff, soy leal y justa, pero eso nadie lo sabe.

No entiendo por qué no me creen cuando digo... En varías ocasiones he dicho como está estructurado mi cerebro, como dije en Ordenando mi cabeza mi cerebro se estructura en archivadores, todos bien organizados; como también dije en Promesas/Decepción tengo una cúpula que me aísla de los problemas mundanos; o como también he mencionado en Personalidad de Serie tengo un corazón, en el lado derecho, pero lo tengo.

Lo digo de verdad, así soy yo, no me invento nada, pero la gente no me cree. Puede que tenga una cabeza estructurada que me permite eliminar cosas de las que no merecen la pena malgastar mi tiempo. Puede que también tenga una cúpula que me protege de mucho golpes, de muchas decepciones. Pero también tengo un corazón, no lo uso mucho, ahí se van acumulando cosas, y cada año tengo que hacer uso de él, limpiarlo, sentir cosas humanas.

Últimamente éstas barreras que he creado están fallando. Ya se ha roto la cúpula, desordenados mis archivadores y rebosado mi corazón tres veces en lo llevamos de año. ¡Estoy batiendo récords! ¿De que sirve tener un ejército si el enemigo tiene una bomba nuclear?

He encontrado el fallo en mi seguridad. Claro que mi sistema no era implacable, tiene sus fallos y no he comprobado todo lo que puede echarlo abajo. Pero lo que lo ha tumbado por dos veces seguidas ha sido lo más pacífico que he podido ver y me he quedado perpleja. ¿Cómo una palabra tan inocente puede destruir todo lo que he construido durante años?

No tengo ningún problema, es más, estoy perfectamente viviendo mi vida independiente, pero estos humanos son extraños, una raza muy compleja que no son felices hasta resolver los problemas de los demás.

Ahora mismo si tengo problemas, estoy indefensa, sin cúpula, sin archivos y con vía directa a mi corazón. No sé como voy a arreglar este fallo, la única solución que se me ocurre supone cambiarme a mi. Estoy en una carrera a contrarreloj.

Otra solución es cambiar el contenido y no el contenedor. Cambiar de ambiente, de los que me rodean.