jueves, 20 de diciembre de 2012

El Fin del Mundo

Me siento obligada a escribir esta entrada, como Iker Jiménez haciendo el especial del Fin del Mundo en Cuarto Milenio.

Mañana es el Fin del Mundo, parte de la población está alarmada, buscando provisiones y la otra parte tacha de locos a los primeros. Documentales llenan las programaciones de las cadenas de televisión y los organizadores de fiestas hacen su agosto este viernes.

¿Creo en el Fin del Mundo?
Claro que lo creo, si he aprendido algo en mi vida es que las cosas terminan, la vida termina, las amistades terminan, todo termina. Lo que no creo es que sea mañana. Existen muchas formas de que se acabe el mundo y muchas de ellas seremos nosotros los culpables.

El Sol tiene sus días contados, un día se convertirá en una gigante roja y veremos el apocalipsis con nuestros propios ojos. Aunque eso de verlo no lo tengo tan claro. Estamos utilizando La Tierra como algo de usar y tirar. Contaminamos porque "no volveremos a habitar el planeta", porque "ya se encargarán los de atrás en arreglarlo" y porque "no se ha inventado nada para sustituir lo contaminante". Lo malo es que nuestros familiares habitarán este lugar, puede que si seguimos así no habrá una solución y que ya se ha inventado esas cosas. Vivimos en una sociedad consumistas y es muy difícil quitar nuestros hábitos de consumo, no vamos a dejar de comprar gasolina de buenas a primera y menos si los altos cargos hacen lo imposible por evitar fomentar las energías renovables y también que inventos que acabarían con la crisis energética vean la luz. ¿Qué tienen pensado estos dirigentes? ¿Poner una cúpula cuando rompamos la capa de ozono?

El Fin del Mundo está siendo un tema muy recurrente esta semana. Científicos desmintiendo las teorías de los mayas y los historiadores ni se creen éstas teorías. Me he visto muchos documentales sobre este tema, básicamente porque me gusta más una apocalipsis que a un tonto un lápiz. He podido sacar algo en claro, he visto miedo. Mientras intentaban aparentar que no va a ocurrir nada, mientras decían que en Estados Unidos mucha gente se está suicidando y que el gobierno ha dado un comunicado de tranquilidad, yo he visto miedo. Miedo por parte de todos los científicos que han salido desmintiendo esto. Sus argumentos en contra del Fin del Mundo han sido "nuestros ordenadores no reflejan nada fuera de lo normal", "tenemos todos los cuerpos celestes del universo monitorizados" o "no hay constancias de ningún agujero negro cercano". Pero tienen miedo porque siempre tienen soluciones para todo, si se acerca un asteroide pueden enviar a Bruce Willis a perforar su superficie y ponerle una carga nuclear; si el núcleo de La Tierra deja de rotar podemos enviar a alguien a iniciar explosiones nucleares para restablecer su rotación; si a causa de una actividad sísmica se origina una ola gigante mientras otras catástrofes naturales acribillan el planeta, no se preocupen porque el Gobierno tiene unas arcas para salvar a los más ricos.

Y esto es así, los científicos tienen miedo de que ocurra algo y no tener la solución, mientras los ricos se burlan de los que creen en estas teorías y se escuchan sus risas amortiguadas a través del hormigón de las paredes de sus búnkers.

El ser humano es un ser orgulloso y la simple idea de no poder salvar su vida los hace débiles. Su orgullo no les permite ver que la amenaza son ellos mismo y no un terremoto que no pueden prever.

¿Qué haría hoy si mañana se acabara el mundo? Es lo que se pregunta todo el mundo. No estoy segura de la respuesta, me gustaría contestar algo así como reunir a toda la familia en una cena, como cuando corrían las navidades del siglo pasado. Pero no se pueden pedir imposibles, entonces pediría no estar sola en esta habitación estudiando para el último día del curso.

 ¿Tendrías miedo si mañana se acabara el mundo? Esta es la pregunta que yo haría. Yo no lo tendría, es más, me gustaría estar con la cabeza bien alta esperando a este fin, viéndolo venir de frente. Yo ya me he enfrentado a mi Fin del Mundo hace año y medio. Si se acaba mañana lo aceptaría, no lamentaría nada, no huiría, no intentaría buscar una escapatoria, no me escondería en un bunker por diez años. "Para una mente bien organizada, la muerte no es más que la siguiente gran aventura" y yo ya he tenido tiempo de organizar mi mente.

Si el mundo se acaba mañana, gracias por aguantar mis reflexiones de mi vida muggle.